lunes, 5 de febrero de 2018

MANOS

Manos, que acariciaron, moldearon suaves curvas. Fuertes y a la vez, delicadas como alas de mariposa.
Manos que cambiaron tiempo y lugar, dibujaron estrellas y caballitos de mar en desiertos áridos.
Manos que sostienen, otras te retienen. Manos que te indican, enseñan o corrigen.
Manos dulces, perfumadas. Otras o las mismas, encallecidas, cansadas, metidas en los bolsillos.
Manos que bailan y cantan, que te alcanzan una fruta, que se te antojó, de un árbol.
Manos que te peinan con peinecillo de plata, trenzan tu cabello, lo enredan entre sus dedos. Manos que te dan el pan y la vida.
Manos que escriben, manos que no. Manos entrelazadas, otras crispadas, nerviosas, cerradas. Los puños no son manos.
Manos que te levantan, que te izan, te sostienen, te hacen llegar donde no puedes. Agradecidas, pedigüeñas, displicentes, orgullosas, pudorosas, lascivas, eróticas... Manos.
Manos que sin lágrimas lloran, te perdonan, te bendicen. Te roban rositas blancas, se pinchan con sus espinas para que no te pinches tú.
Manos que te acunan, te duermen, te arropan, llenan tu cielo de estrellas, tantas estrellas como besos. 
No, no: Era al revés.



No hay comentarios:

Publicar un comentario