viernes, 7 de septiembre de 2012

CATERING POCHEVILLE

Cuando la buena comida se une a una presentación exquisitamente elegante, esta se convierte en un placer inenarrable.
En esta ocasión, hablaré de Pocheville.
La presentación, tanto de sus mesas, cubiertos, vajillas y cristalerías, unidas a la ropa de mesa, los centros florales como los magníficos bodegones, conviertan una celebración en algo completamente distinto a lo que estamos, normalmente, acostumbrados.
La elegancia con que están diseñados tanto platos como la presentación de estos, nos evocan a óleos plenos de color y armonía. Nuestras celebraciones pueden llegar a convertirse en una cena de Las Mil y Una Noches donde luces, flores y colores bailan en armoniosa danza. Los sabores y caldos, bien elegidos, acompañan la fiesta de nuestros sentidos.
El personal, un lujo. Jóvenes, educados y correctísimos en el trato, añaden a la ya magnífica presentación, su toque a la inigualable elegancia del Cátering Pocheville, dirigido con perfecta buena mano por Borja Artiñano Pocheville. Capaz de sorprendernos con los más mínimos detalles.
Mi enhorabuena y reconocimiento a Borja. Y, por descontado, mi recomendación para todos aquellos que estén interesados en que sus celebraciones no sean consideradas una más. Cuando alquien quiere realizar algo muy especial, que no caiga en el olvido, que perdure tanto en el tiempo como en la memoria, debe dirigirse a quién, tanto por experiencia como por dedicación, nos garantice ese recuerdo agradabilísimo.

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